viernes, 19 de agosto de 2011

Retales por los bolsillos, 5. Don nadie.

Unamuno se preguntaba desde su cátedra griega salmantina quién era "idiota", para acto seguido responderse desde la etimología: pues un particular, uno que no es concejal ni de la junta del casino.
Idiota (ιδιος), un particular, o sea un don nadie, como se decía ayer, incluso con minúsculas. Pero el caso es que el propio don Miguel era de la opinión que "no es fuera, sino dentro donde hemos de hallar al hombre". No cuenta el estatus, sino la calidad de la persona.

Retales por los bolsillos, 4. Al político felón.

Las gentes se olvidarán de lo que dijiste, e incluso de lo que hiciste, pero ten la seguridad de que no olvidarán lo que les hiciste sentir.

martes, 16 de agosto de 2011

Retales por los bolsillos, 3. Expertise.


Un tal Marín tuvo el papo de afirmar en la mesa a la que había sido invitado: "Yo no opino. Vengo como experto". Y siguió silente.


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Retales por los bolsillos, 2. Cocinar la economía.


Seriamente: ¿Sabe alguien cuáles son los ingredientes reales para cocinar la economía, quiero decir, un plato de cuchara, no de diseño? ¿Resultará una especie de olla podrida que mata el hambre pero siempre tiene "efectos colaterales" indeseados?


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Retales por los bolsillos, 1. Inversiones educativas.


Nuestra generación, dice un treintañero, está acorralada, porque en España no se reconoce la formación universitaria y las empresas se han acostumbrado a tener una clase obrera de lujo.


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Un mártir con gafas


Santos con gafas solo recuerdo dos. Bueno, y un evangelista en un retablo que se halla en un Museo, al que el tallista le puso quevedos. Era su firma. Ayer celebramos a san Maximiliano Kolbe, mártir con gafas hasta que se las arrebataron en las requisas de Auschwitz. San Max, como le dicen, tiene una capilla en la iglesia de San Carlos Borromeo, en Wroclav, es decir Breslavia, en la orilla polaca del Oder, la Breslau nazi que sufrió asedio hasta su capitulación y posterior asolamiento por el Ejército Rojo.

La capilla se halla cerrada con una reja llena de amenazadores pinchos y apenas iluminada a través de unos vitrales en los que se aprecian a los SS apaleando presos hacia las duchas de la muerte. Es una capilla lúgubre, en la que estuve un largo rato meditando sobre la naturaleza del hombre y el enloquecido siglo XX que hemos dejado atrás.

[Ilustración: http://verdadescristianas.blogcindario.com]