
Toda Europa central vivió en el medievo una gran atracción por el Camino
a Santiago y Eslovaquia no fue una excepción, como lo testifican numerosos
elementos artísticos, además de la propia dedicación de los templos, como es el
caso. Los eslovacos hacían el Camino a través de Austria y los difíciles Alpes
suizos, para enlazar con la vía podense en Le Puy en Vélay y con la francígena
desde Roncesvalles.
A esta iglesia de Santiago, ante la que estoy, hay que incluirla entre
las mayores iglesias góticas de Eslovaquia. Fue construida entre los años
1300-1350 al 1370. Tiene una rica historia y muy notables piezas artísticas,
como es el caso del retablo medieval del altar mayor, un tríptico obra del
tallista local Maestro Pavol de Levoča (Majster Pavol z Levoče), que es la
mayor talla gótica del mundo. Cuentan que la Reforma luterana, que se impuso en
la ciudad en 1544, apenas si afectó a la iglesia, porque se cerraron las alas
del tríptico y tampoco hubo necesidad de quitar las estatuas religiosas de los
otros doce altares, dotados de otros tantos retablos también en forma de
tríptico.
![]() |
Zoltan Gyalokay, Pawel z Lewoczy, DodoEditor, 2011 |
En la parte central del ricamente historiado retablo del altar mayor se
representa a la Virgen María con el Niño Jesús en sus brazos, pisando la media
luna y la cabeza del demonio, mientras dos angelotes sostienen la corona sobre
su cabeza. A su izquierda y derecha figuran los hijos del Zebedeo, Santiago y
Juan respectivamente. Cada una de las tres figuras supera los 2 metros de alto
y es de una pieza de madera de tilo. La
Virgen es una bella y esbelta mujer en su madurez con un pequeño Niño en sus
brazos, que tiene una manzana en su mano y bendice con la otra. El apóstol Juan tiene un rostro casi femenino y sostiene en
su mano un cáliz con una serpiente. Ambas figuras dicen que tienen un aire
manierista.
Santiago, el protagonista y patrono de la iglesia está representado como
un peregrino, barbado y melenudo, con la
cara rojiza. Tocado con un sombrero de ala ancha levantado por la frente, donde
está cosida la vieira. En su mano el bordón de peregrino. Parece como si
caminara y quisiera decir algo a la Madonna. Quizá el maestro Pavol quiso
enfatizar con esta postura la preeminencia del apóstol Santiago.
Europa es pequeña en el mundo y ha respondido a una misma fe, que la ha
constituido. Te la topas por doquier. Por eso, hablar de una filosofía común,
herencia de los griegos y bla, bla, bla bla, nos hace de menos a todos los
europeos, nos quita la real grandeza de nuestro ser. Habrá generación que
aborrecerá de sus timoratos antepasados.
P.D. A la memoria de Antón Surda, eslovaco, que falleció en Legarda
(Navarra, España) mientras hacía el Camino de Santiago (R.I.P.)