martes, 19 de agosto de 2014

Levoča, donde está Santiago


Topé con una talla de Santiago peregrino en una pequeña y coqueta ciudad eslovaca a los pies de los montes Tatras. Es Levoča, todavía encerrada en su perímetro fortificado y con una plaza mayor rectangular de ensueño, formada por ricos edificios burgueses del XVI. En su centro, exentos, se hallan la iglesia y la casa consistorial. Ambos edificios darían para llenar bastantes páginas, pero aquí y ahora sólo quiero referirme al apóstol, a cuyo nombre está dedicada la iglesia catedralicia.

Toda Europa central vivió en el medievo una gran atracción por el Camino a Santiago y Eslovaquia no fue una excepción, como lo testifican numerosos elementos artísticos, además de la propia dedicación de los templos, como es el caso. Los eslovacos hacían el Camino a través de Austria y los difíciles Alpes suizos, para enlazar con la vía podense en Le Puy en Vélay y con la francígena desde Roncesvalles.

A esta iglesia de Santiago, ante la que estoy, hay que incluirla entre las mayores iglesias góticas de Eslovaquia. Fue construida entre los años 1300-1350 al 1370. Tiene una rica historia y muy notables piezas artísticas, como es el caso del retablo medieval del altar mayor, un tríptico obra del tallista local Maestro Pavol de Levoča (Majster Pavol z Levoče), que es la mayor talla gótica del mundo. Cuentan que la Reforma luterana, que se impuso en la ciudad en 1544, apenas si afectó a la iglesia, porque se cerraron las alas del tríptico y tampoco hubo necesidad de quitar las estatuas religiosas de los otros doce altares, dotados de otros tantos retablos también en forma de tríptico.

Zoltan Gyalokay, Pawel z Lewoczy,
DodoEditor, 2011
En la parte central del ricamente historiado retablo del altar mayor se representa a la Virgen María con el Niño Jesús en sus brazos, pisando la media luna y la cabeza del demonio, mientras dos angelotes sostienen la corona sobre su cabeza. A su izquierda y derecha figuran los hijos del Zebedeo, Santiago y Juan respectivamente. Cada una de las tres figuras supera los 2 metros de alto y  es de una pieza de madera de tilo. La Virgen es una bella y esbelta mujer en su madurez con un pequeño Niño en sus brazos, que tiene una manzana en su mano y bendice con la otra. El apóstol Juan tiene un rostro casi femenino y sostiene en su mano un cáliz con una serpiente. Ambas figuras dicen que tienen un aire manierista.

Santiago, el protagonista y patrono de la iglesia está representado como un  peregrino, barbado y melenudo, con la cara rojiza. Tocado con un sombrero de ala ancha levantado por la frente, donde está cosida la vieira. En su mano el bordón de peregrino. Parece como si caminara y quisiera decir algo a la Madonna. Quizá el maestro Pavol quiso enfatizar con esta postura la preeminencia del apóstol Santiago.

Europa es pequeña en el mundo y ha respondido a una misma fe, que la ha constituido. Te la topas por doquier. Por eso, hablar de una filosofía común, herencia de los griegos y bla, bla, bla bla, nos hace de menos a todos los europeos, nos quita la real grandeza de nuestro ser. Habrá generación que aborrecerá de sus timoratos antepasados.


P.D. A la memoria de Antón Surda, eslovaco, que falleció en Legarda (Navarra, España) mientras hacía el Camino de Santiago  (R.I.P.)