martes, 28 de diciembre de 2010

Mammona


Tengo unos cuadernos donde apunto “cosas oídas y cosas leídas”, que me gusta de vez en cuando repasar desde la perspectiva de su futuro, que es el hoy. Entre ellas hay de todo, desde expresiones populares u ocurrentes hasta algún “textículo” propio de un prospecto, eso que ahora se llama “la literatura”, que acompaña píldoras, cápsulas o viales medicamentosos.

En mayo de 2006, bajo el logo de una entidad financiera, leí un rotundo “¿Quieres? Puedes”, seguido de una verdad de conveniencia “el dinero nos hace libres” y el saludo al potencial cliente con unas letrillas:“Bienvenido/ al lado bueno del dinero./ A un mundo,/ en el que solo hace falta querer,/ para poder./ Bienvenido a...” y seguía la razón social.

Por lo que veían y oían, entre incrédulos y envidiosos, a mis amigos centroeuropeos España les parecía ese Pays de Cocagne del imaginario medieval europeo que pintara Brueghel “el Viejo”. Una especie de paraíso terrenal en el que mana la abundancia, donde no se conoce el hambre ni las guerras y el esfuerzo está proscrito, a no ser para el juego y el ejercicio de la pereza.

El milagro español, decían. Entonces, todo era dar para cualquier negocio o chuchería. Ahora toca pedir a los entrampados y equilibrar balances.