viernes, 20 de enero de 2017

Brexiteers


El Confidencial
 La idea que venden los políticos es que todo el mundo ha resultado vencedor en el proceso de globalización en el que estamos inmersos, pero la realidad es bien otra. Está a la vista que los países del norte los del G7 y G20 son ganadores, los del sur perdedores. Los del norte disponen de tecnología, los del sur ofrecen mano de obra barata. Así se explica el proceso de deslocalización de actividades industriales hacia éstos últimos, al objeto de abaratar costes. Pero es el caso de que también hay perdedores en los países que van a la cabeza de ese proceso de globalización: son los desempleados y descontentos generados por la indicada deslocalización.

Así se explica en gran medida el triunfo electoral de Donald Trump en Estados Unidos (USA) y del Brexit en Inglaterra, que no en todo el Reino Unido (UK), apoyados por masas de desempleados y descontentos por la crisis social derivada de una crisis económica, a su vez consecuencia de la mundialización, como queda dicho.

El proceso de globalización no viene de muy lejos. Tres han sido sus retos hasta el momento: mover mercancías, mover ideas y mover personas. El resultado de las dos primeras ha sido un radical descenso de los costes en las modernas economías. Desde 1820 tuvo lugar una revolución de los métodos de transporte; a partir de 1990 hemos asistido a una auténtica revolución de las tecnologías de la información y comunicación, y desde ahora mismo se producirá una revolución de la telerobótica y del teletrabajo en redes.[1]

Teniendo lo dicho en cuenta, es un error mantener que el problema de los USA y de UK radica en la deslocalización de la actividad económica y en la inmigración. Más aún pretender resolver los problemas del siglo XXI con instrumentos propios del siglo XX, como se anuncia que se va a hacer: la rebaja de impuestos a las empresas, para que sus productos sean más competitivos, al tiempo que la subida de los aranceles aduaneros para defender a aquéllos de la competencia exterior. Ambos insostenibles en el tiempo, como lo ha demostrado la historia.

La difícil situación social y migratoria, tanto de los USA como de UK va a tener que enfrentarse no solo con la competencia de países terceros, sino con la nueva fase del proceso de globalización, antes aludida, que ahora mismo se abre, que van a eliminar todavía más puestos de trabajo directo y, por tanto, abaratar costes al tiempo que aumenta el desempleo. Además siempre existirá la opción de deslocalizar la mano de obra hacia países sureños.

En el caso de UK los clarividentes brexiteers van a tener que lidiar con la nueva fase globalizadora, a la vez que con el hecho de que numerosas industrias británicas dependen de la propiedad intelectual, la tecnología, la logística y los servicios del resto de Europa. Y su mercado es, además, el de la Unión. Si carecen de algo  de lo dicho deberán cerrar.




[1] BALDWIN, Richard, The Great Convergence Information Technology and the New Globalization. Harvard University Press.