jueves, 22 de mayo de 2014

El jardín de las ortigas


No se puede hablar ni escribir sobre la mujer, ni en concreto ni en abstracto. Creo que es irremediable que se siga hablando "de mujeres" con una copa en la mano en la taberna o en el cuartel. No se puede hablar, so pena de ser inmediatamente tildado o agredido con algún epíteto propio del metalenguaje postmoderno que padecemos. El más amplio y habitual es el de machista, pero no se usan los de “contramachista” ni el de “feminista”, porque tienen otras connotaciones para la militancia.

 Como no hay ni equidad en el metalenguaje, hice sin discutir en su día elección mutua y recíproca de pareja —cónyuge en mi caso— y de grupo de amigas, que siempre es ampliable y reducible, con  las que nos entendemos sin mediar palabra. A las demás que les den. Con todo respeto.