jueves, 29 de diciembre de 2016

Aquí llegamos


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Todo el afán periodístico de estos días es hacernos  reportajes diacrónicos acerca de las noticias acaecidas durante el año anterior, ese que todavía tenemos entre los dedos y que no se termina de despegar. Aún haciéndo un “índice” por materias nadie se aventura a sacar conclusiones ni “por el momento”, dejan las cosas en puntos suspensivos, si acaso como cuelgan los restos de la piñata apaleada por cegatos armados de garrote. Mas bien así.

Antes me interesaba conocer la trayectoria seguida hasta el hoy. Ahora solo me importa cómo seguiremos desbrozando un camino desde el hito al que hemos llegado. Sí que confirmo el escaso valor de lo noticiable en su momento: tinta y papel; el tira y afloja que no condujo a nada: negociaciones; las noticias que me colaron como un aquí-no-pasa-nada, pero pasaba: el contubernio homosexual, etc.

Y puesto que así he dado fin al párrafo anterior, citaré a William Somerset Maugham, que libró el pellejo de cuantos conflictos hubo en Europa: «El que quiera conocer el carácter efímero del mundo, debería leer periódicos antiguos para ver lo insignificante que resulta luego lo que en su día fue importante».


Mejor que se quede en forma de bites, que no ocupan nada.