jueves, 1 de diciembre de 2016

La reina de España


La Reina de España. Es noticia que el film tan esperado por la premiocracia cinematográfica española y candidato ya preconizado para el Oscar, se ha estrellado contra la taquilla. Su fracaso --se dice-- se debe a la campaña desencadenada contra su autor y director por quienes le han hecho el boicot en las redes sociales.

Según se lee en el diario ABC, ahora resulta que el «no me siento español ni cinco minutos», que pronunció Fernando Trueba cuando recogió el premio nacional de cinematografía 2015 y 30.000 euretes cash, respondió a su acendrado pacifismo y cosmopolitismo kantiano. Sus palabras fueron sacadas de contexto por los periodistas, que son unos zotes digo yo, o por los lectores que también, porque no las supimos interpretar correctamente. En realidad añade «lo que intentaba era hablar contra el nacionalismo, que es lo que hice. Fue solo eso. Me refiero a Kant, que es un tipo al que aún no hemos conseguido alcanzar», porque «esto es algo del siglo XVIII, de la Ilustración». Él debió alcanzarlo y ya está de vuelta para contárnoslo. El ministro español entonces del ramo, Íñigo Méndez Vigo, también kantiano porque lo entendió, le aplaudió con fervor.

Y se fue a hablar contra el nacionalismo precisamente a San Sebastián, en el marco del LXIII Festival Internacional de Cine, con los PNVs, Geroas y Bildus en la presidencia y alrededores… izan ziur ez duzu irakurri Kant edo Hormigaia arabera. ¡Qué ojo!. Dice: «Yo ahí estaba haciendo humor. No quería entrar en asuntos políticos y pensé voy a hacer una cosa divertida para que la gente se ría, pero no sucedió. No sé, igual lo hice mal o no se me entendió. Mala suerte. Santiago Segura suele decir de mí que soy grouchiano pero que la gente me toma en serio».

También Antonio Resines (que estuvo en el jurado que le otorgó el premio en 2015) viene ahora a echarle otra mano: «No sé, [la campaña en twiter] es obra de cuatro aventados que no tiene mayor importancia, sobre todo teniendo en cuenta que ya se ha aclarado suficientemente ese asunto porque ya ha dicho por activo y por pasivo que le encanta España y que se refería a los nacionalismos exacerbados. Una tontería como otra cualquiera. Si todos sacásemos de contexto las cosas que decimos acabaríamos a tiros por la calle».

Pero no. La morrada no solo es cosa de «aventados». La crítica tampoco ha tratado muy bien al film.


Dice Trueba acerca de los espectadores de su cine: «No se trata de que les guste más o menos, sino simplemente de que salgan contentos». Pues resulta que apenas han entrado, según registra comScoreMoviesSpain.  ¿Será porque a estas alturas hay tics que nos hacen repajolera gracia?